Mar. Jun 17th, 2025

Día 1

Llegamos al aeropuerto y cogimos el bus (línea 1), por 1.70 cada una, que nos llevó hasta nuestra parada (Victorie) para llegar a nuestro apartamento que estaba a 10 minutos andando, la Maison de Cabrerie (400 euros los cuatro días para cuatro), muy céntrico. La llave la cogimos de un portallaves que nos dejó nuestra casera. Nos dirigimos a comer algo ya que era tarde y paramos en la Boulangerie de Antonia (cogimos dos baguettes y dos aguas 11 euros).


Después callejeamos y nos dirigimos a la famosa Place de la Comédie, pasando primero por la Puerta de Cailhau – Porte Cailhau, que también es conocida como la Puerta del Palacio, que fue una vez la entrada principal de la ciudad. Parece un escenario de cuento de hadas, como un castillo diminuto.
Es una puerta majestuosa que abre sus puertas al público de junio a septiembre.

La Place de la Comédie se encuentra situada en pleno centro de la ciudad. Es el punto central de todas las calles, barrios interesantes y monumentos a visitar. Debe su suntuosidad al arquitecto Victor Louis que la construyó en 1780.
Aconsejable tomar un café o comer en el majestuoso Grand Hotel de Burdeos situado en esta plaza. O degustar los chocolates y macarons de la Maison Georges Larnicol, que se encuentra cerca de él.

Nosotras cogimos unos chocolates y optamos por tomar un café (6 euros persona) en una cafetería situada justo enfrente del Gran Hotel, Le Regent.

A continuación nos dirigimos a la famosa Place des Quinconces situada en el centro de Burdeos y con vistas al Garona. Es el orgullo de todos los habitantes de la ciudad. Fue creada en el lugar en el que se encontraba el Château Trompette y se encuentra dispuesta en filas escalonadas, de ahí su nombre. Es la plaza más grande de Francia y una de las más grandes de Europa.

Es aquí donde se sitúa el famoso Monumento a los Girondinos, con su fuente impresionante que tiene una noria gigante justo al lado, y cuando fuimos también había un circo.

Llegamos hasta el paseo a orillas del río y llegamos a la Plaza de la Bolsa, que es uno de los lugares más emblemáticos que ver en Burdeos. Es impresionante, con su Fuente de las Tres Gracias en el centro y esos edificios, que le dotan de un aire muy parisino. Cruza la calle y admira el famoso Espejo de Agua, donde se refleja la plaza.
El Espejo de Agua – Le Miroir d’Eau es un espacio muy divertido junto a los muelles, que tiene 130 m de largo y 42 m de ancho. Fue diseñado por el paisajista Michel Corajoud, con una serie de chorros de agua que salen del suelo. La magia del espejo de agua radica en el hecho de que la Plaza de la Bolsa se refleja perfectamente en el suelo, creando una imagen preciosa (una pena que cuando fuimos la tenían sin agua probablemente por ser invierno). Justo donde comienza el puente de Pierre se encuentra el antiguo campanario de Burdeos y es uno de los pasajes obligatorios para los visitantes. Ah! Se erigió sobre la Puerta de Santiago, bajo la que pasaban los peregrinos que se dirigían hacia Santiago de Compostela.
La campana (grosse) pesa 7.800 kilos, y solo suena cinco veces al año.

Después llegamos a La Catedral de San Andrés que data del siglo XI y su origen fue románico, aunque fue derivando a gótico angevino. Se encuentra situada frente al Ayuntamiento de Burdeos.
Su belleza seduce a los turistas, tanto por fuera como por dentro. Encanta con su estilo gótico y merece mucho la pena visitar su interior por su grandiosidad, su majestuoso órgano y las obras de arte que alberga.

En la Plaza de la Victoria se encuentra la Puerta de Aquitania (Porte d’Aquitaine) y un obelisco. Este obelisco es un homenaje a la tradición vinícola de la región de Burdeos.
Desde esta plaza comienza la famosa calle comercial Sainte-Catherine, la calle principal de Burdeos. No puedes perdértela, porque tiene 1 km de largo y cruza prácticamente todas las calles principales del centro de Burdeos. De hecho, es la calle peatonal más larga de Europa, con más de 230 tiendas. 

Recorrimos la calle y nos metimos en una de sus perpendiculares a tomar nuestro primer vino de Burdeos en Le Dijeaux. Unos vinitos con unas aceitunas 15 euros.

Después buscando para cenar encontramos un sitio con mucho encanto, La maison de Margot (93 euros las tres), un entrante, tres platos principales, una tarta Tatin, café y tres copas de vino blanco

Y a 5 minutos de nuestro pisito!!

Día 2

Nos levantamos sin madrugar mucho, a las 9 de la mañana, y nos dirigimos a desayunar y vimos que la gente tampoco madruga mucho en sábado. Paramos en la Verde Nero, un local muy bio con desayunos completos. Pedimos uno con granola, otro con tostadas con crema de cacahuete y frutas y otro con tostadas y mermelada y yogurt con muesli, cafés y zumo. 28 euros en total las tres.

Cogimos entradas para la torre Pey-Berland, pero como faltaban 45 minutos dimos una vuelta antes por los alrededores viendo el palacio de justicia, la iglesia de Santa Eulalia y el hospital de San Andrés, que por el mapa ocupa una gran superficie

Uno de los monumentos principales del casco antiguo de Burdeos es la Torre Pey-Berland, un campanario erigido más tarde, en torno al siglo XV, junto al templo; como curiosidad señalar que no se levantó pegada pared con pared con la catedral para evitar que las vibraciones de las campanas afectasen a la construcción. Las vistas desde lo alto son increíbles (225 escalones). Nos costó 6 euros cada una y aunque un poco claustrofóbica merece la pena subir, hay una parada antes de llegar arriba del todo pero las mejores vistas son al llegar al final. Hay turnos cada 30 minutos y cuidado con coincidir con los que suben y bajan…

Después nos dirigimos a hermoso barrio de Chartrons. Está repleto de enormes mansiones, anticuarios y bodegas, haciendo gala del dinamismo que recubre esta ciudad. Recuerda un poco al Marais parisino. Los domingos acoge el Mercado de Colbert, donde muchos bordeleses acuden a comer ostras. Comimos en un lugar llamado La Carre, muy chulo y la comida rica excepto una salchicha parecida a la morcilla que aparece en la foto, que la dejamos porque no nos gustó a ninguna de las tres. La comida y tres copas de vino 93 euros.

Luego nos dirigimos a la plaza de la comedia donde habíamos contratado el free tour por la página Gurú, parando antes en el café del gran hotel para tomar café acompañado de una gallete y una cookie (habíamos parado antes en el mítico rojo de galletes pero no tenian baño, y como nos hacía falta nos levantamos sin pedir nada).

El free tour muy bien (ver ruta en el Instagram del día 21). Bastante frío pero muy ameno, sobre todo por la historia de la reina Leonor (libro Aquinea y peli León y la niebla) y por la historia de Goya y Paco Raval jeje.

El tour acabó en el espejo del agua y de allí nos dirigimos a la escuela de vino que está en el edificio triangular de la plaza de la comedia que nos lo recomendó el guía porque es donde el vino es más barato y muy bien para comer con una cata de quesos, pero había cola, así que nos fuimos a un sitio cercano que nos gustó que se llamaba Bodega, donde comimos queso brie, de cabra, manchego, grosella y mantequilla con pan rico y tres vinos 27 euros.

Después, nos había dicho el guía que las calles de mejor gastronomía son las que están a la derecha y a la izquierda de la bolsa, y nos dirigimos por la de la izquierda y paramos en la petit commerce, dedicado sobre todo al marisco y pescado. Pedimos sopa de pescado y una “mariscada” de Burdeos (con ostras que a mí me apetecía probar) y tres vinos, creme boule de postre y café, 84 euros. Después nos dirigimos por esa calle (la del Parlamento) de vuelta a casa, aunque también había locales para tomar copas con buena pinta.

Día 3

Nos levantamos más temprano que el día anterior, porque teníamos reservado el museo del vino tinto. Tomamos primero un mini desayuno con unos croissants y un pastel de pistacho en la pattisserie Boulangerie Gllm-Guillaume por 12 euros las tres.

Estaba el museo a media hora, por lo que llegamos antes de tiempo e hicimos otra parada en una cafetería (también estanco al lado del río llamada Le Café de Chartons, donde también fue bastante barato con dos croissants para compartir 10 euros.

Después fuimos al museo del vino, muy interesante donde te daban una guía en español para leer y después nos guiaban en una cata donde degustamos un vino tinto y otro rosado (10 euros la entrada). Allí compramos un imán abrebotellas superútil.

Al acabar nos dirigimos a la Ciudad del Vino, una pena porque estaba cerrado estas dos semanas, pero merece mucho la pena ir por lo que dice todo el mundo. Después cogimos desde allí un bateau público (2 euros persona) que nos llevó desde allí a la parada de Stanligrado, al otro lado del río, donde estaba el panel de Burdeos

y cruzamos al otro lado del río llegando cerca del barrio de St Michel donde había mercadillo de segunda mano y lo atravesamos para dirigirnos al mercado de los Capuchinos,

Mercado sobre todo de comidas, marisco y ostra. Allí compramos los rilletes de souvenirs, después decidimos ir fuera del mercado para comer y fuimos a La Broche. Parecía del montón pero realmente comimos muy agradable aunque con algo de frío, pero nos trajeron unas mantas que estrenamos para el frío,79 euros las 3.

Al acabar de comer, cruzamos el puente de Piedre para llegar a la estatua del león azul

donde tomamos un café calentito con un muffins y nos dirigimos al larein botánico que en esta época está bastante triste, y desde allí fuimos hasta la exposición urbana de Darwin.

Tiene unos Graffitis que merece la pena visitar, también tienen una explanada grande donde comer brunch, tomar café, cervezas y productos varios así como también venden ropa de marca.

Luego nos dirigimos andando de vuelta sobre el puente y buscamos un lugar donde tomar un vino en una plaza céntrica (Saint Projete), donde nos pusieron unos pececitos de aperitivo y luego nos dirigimos a cenar a Le creme, un lugar muy acogedor y con una carta reducida pero sabrosa, 64 euros las tres.

Día 4

Nos levantamos un poco más tarde e hicimos las maletas. Y como el brunch es algo que apetece en Burdeos, nos dirigimos a La Collation, donde por 45 euros comimos las tres. Dos pidieron el brunch entero y yo un pancake, super rico. Las chicas que nos atendieron muy majas.

Y después como el lunes no es un buen día para ir de museos, ya que muchos de ellos cierran (entre ellos el museo de Aquitania y el de arte moderno) decidimos ir al museo de Bellas Artes (seis euros la entrada que incluye también visita a la galería, donde hay exposiciones temporales). El Museo de Bellas Artes de Burdeos (Musée des beaux-arts de Bordeaux) se encuentra dentro del complejo del Palacio Rohan, en el centro de la ciudad, y es una de las mayores galerías de Francia fuera de París. Fue creado después del decreto de 31 de agosto de 1801, que fue seguido el Decreto Chaptal, con la propuesta de repartir las obras del Museo Central en 15 grandes ciudades de la provincia. El nacimiento del museo fue también gracias a la perseverancia del pintor Pierre Lacour (1745-1814), quien fue su fundador y primer director.Es particularmente conocido por su colección de pintores flamencos del siglo XVII y pintura holandesa, con obras de artistas famosos como Anthony van Dyck, Rubens, Jacob Jordaens, Frans Hals, David Teniers el Joven, Jacob Ruysdael y Jan Brueghel el Viejo.
Después nos dirigimos a la escuela de vino, recomendación para tomar un buen vino a un buen precio ( mucho más barato y de misma calidad) acompañado de una tabla de quesos, 25 euros las tres, y el local con una decoración muy original y buena música y ambiente

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